viernes, 9 de marzo de 2018

Gord@s

Qué palabra más fea, ¿eh?
"GORDOS". "GORDAS". Foh.


Y es que hay palabras feas y palabras bonitas, y esta en particular, es fea de cojones.
Sólo pronunciarla ya da mal rollo. "Gordo". Qué asco, qué pena, qué horror. Se asocia rápidamente a alguien enfermo, descuidado, con traumas, que se pasa las 24 horas comiendo hamburguesas a dos manos y tarrinas de helado en el sofá.

En cambio "Delgado", es una palabra, no bonita, pero menos fea.
El delgado no está enfermo, ni descuidado, ni tiene traumas, ni come hamburguesas, no, qué va. Sólo que él tiene la suerte de haber nacido con una genética que por muchos Big Macs que se coma, no engorda un gramo. Japuta la naturaleza oye.

Por el contrario, los que hemos nacido por obra y gracia de Dios con una genética específica tirando pa abundante, nos tomamos una infusión con sacarina en toda la mañana y engordamos medio kilo. Y es así. No hace falta que desayunemos una ración de churros con azúcar, no. No es necesario. Esa suerte tenemos.

Con lo que yo como, no puedo engordar. Pero engordo.
Con lo que yo engordo, no puedo comer. Pero como.

Está muy extendida la creencia de que los gordos nos hartamos de comer y estamos tristes, y los flacos no comen nada y están felices. Y una mierda. Hay que joderse. Aunque también entiendo que es lo más fácil de pensar. Pa qué nos vamos a calentar la cabeza.
Gordo: Se pone morao.
Flaco: No se pone morao.

A mis 48 años, puedo decir y digo, que como (del verbo comer) muuuucho menos que el 90% de los flacos que conozco. Vamos, nada que ver. Pero ¡eso si! ¡¡Que no me vean comerme un trozo de chocolate!! que ya me están diciendo: "Mujer, cómo quieres estar delgada si comes chocolate". 
Ahhhh!!!! O sea, que tú te puedes poner morao de chorizo, morcilla, jamón, patatas fritas, pan con mantequilla y sobrasada, etc, etc, y no pasa nada, pero que a mi no se me ocurra catar el chocolate, porque esa es la razón por la que peso 30 kilos más que tú.
Vete a la mierda flaco.

Aquí todos los flacos parece que tienen el doctorado en Nutrición de la Universidad de Harvard. Todos saben perfectamente lo que hay que no comer para estar como ellos, pero ellos se comen todo lo comible mientras el que engordas, eres tú.


Otro tema es el del ejercicio. "Mujer, si hicieras ejercicio adelgazarías".
A ver, ¿Y quién te ha dicho a ti que tengo algún interés especial en hacer ejercicio y en adelgazar? Y mucho menos en torturarme para que tú me veas como quieres verme. Pos mira, no. Lo de sudar por gusto, no me va.

Son ya muchos años de dietas infernales, de sacrificios interminables y de privaciones constantes. Que si, que el ejercicio es bueno pal corazón y todo lo que tú quieras, pero llega un momento en el que NO me compensa tirarme 3 horas diarias en un puto gimnasio y comiendo 50 gramos de alpiste para quedar bonita en tu entorno.

Me importa una mierda tu entorno. Si te parezco fea o desagradable, te vas pa otro lao y me dejas vivir en paz con mis lorzas, que yo no te pido que te arregles los dientes o dejes de vestirte como una puta, que me da igual, porque a mi me gusta lo que siento con las personas estando a su lado, no la imagen que dan. Eso ya es elección de cada uno.

Y público hay para todos, porque de no ser así, no habría nadie feo, malhecho o gordo con pareja, y que yo sepa, observando un poco por la calle, pocas parejas tipo modelo de alta costura se ven. ¿O no? Vamos a dejar de ser hipócritas ya hombreee.


El que quiera estar delgado, que lo esté. La que quiera aparentar tener 20 años teniendo 50, que lo aparente. El que quiera estar como el muñeco de michelín, perfecto. La que quiera ir por la vida de tía buena, ella sabrá si le compensa la recompensa.

Que cada uno elija la forma en la que quiere estar y ser. Y basta ya de etiquetarnos a los demás por los centímetros que mides o los kilos que pesas. Que yo sepa, no le pregunto a nadie si le parece bien mi aspecto, principalmente porque me importa un carajo lo que piensen los demás de mi.

Me quiero locamente y estoy a gusto conmigo misma, después de toda una vida de sentirme diferente por pesar más de lo que la Tabla de Indice de Masa Corporal marca. Anda yaaaaa y que os den morcilla a todos los que hacéis tablas imposibles. Que los seres humanos no nacemos en un molde todos iguales como los flanes, que cada uno tiene una genética, unas circunstancias, unas posibilidades, una vida y unas prioridades. Que lo único a lo que podemos aspirar de verdad, es a ser como nos de la gana, rechazando los agentes externos que no nos hagan sentir bien, ¡hasta ahí podíamos llegar!

Que yo no me voy a pasar la vida a dieta para poder meterme una 40 y gustar al resto, que no. Que el placer que me dan 2 cuadritos de chocolate no me lo da ni dios (excepto mi Paco ;), que la tortura de meterme en un gimnasio es sólo comparable con la entrada en una cámara de gas. De hecho, huele parecido y las caras de los que hay dentro es parecida. Tan bonicos ellos con el pellejo pegao a los huesos, y esas caras de pena, vamos... Preciosos.

Total, que nos dejéis a los gordos ser gordos, que los flacos tampoco es que seáis todos guapísimos y elegantes, que hay cada cosa por ahí... Que con 10 kilos más estarían mucho mejor, que a todo hombre que se precie le gusta tener donde agarrar (y el que lo niegue, miente como un bellaco), y que vamos a dedicarnos a disfrutar de lo que tenemos, porque cualquier día el koreano o el ruso le dan al botón y todos, flacos y gordos, feos y guapos, deportistas y vagos, acabaremos en la misma fosa. Y ahí, de poco os va a servir tener la talla 38.

Reivindico mi derecho a ser gorda. Nací gorda y gorda me moriré dios mediante. No quiero ser como todos, no quiero entrar en el mundo de la superficialidad, no quiero gustar a los que sólo se fijan en el aspecto, porque eso ya me está diciendo la inteligencia supina que portan.

Y la verdad, no tengo queja ninguna de mi vida sentimental ni sexual. Aunque alguna vez me haya equivocado eligiendo, como todos, la realidad es que se siente uno mucho mejor sabiendo que están contigo por cómo eres que por cómo estás. Eso sí que es lo más de lo más, y muchos os vais a morir sin saber lo que se siente. Por idiotas.


Se puede ser feliz perfectamente pesando 20 kilos más de los que marca la puta tabla de pesos perfectos. Puedes vivir perfectamente, trabajar, tener pareja, y hacer todo lo que hacen los que pesan 20 kilos menos que tú. Bueno, casi todo. Pero hay acrobacias que algunos no necesitamos hacer.
Además, si estamos gordos es porque no nos importa, la solución la sabemos todos, pero a algunos no nos interesa vivir reprimidos por gustar a los idiotas.

Lo que de verdad mola es lo que sientes, no lo que padeces.
Y mi corazón, está divino ;)

•••

Más post en la columna de la derecha ;) ---->
•••

SÍGUEME EN TWITTER, si quieres claro... 😂