miércoles, 12 de mayo de 2021

Cómo detectar a tiempo a un vividor

A ver chicos y chicas, como experta en los últimos 20 años en dar con hombres que no valen un duro, que no sirven más que para hibernar, que jamás tienen un detalle contigo, y que te acaban fagocitando, como si de tu obligación se tratase el mantenerlos, cuidarlos y hacerles felices, y con la sabiduría (y la experiencia terrorífica) que la edad ya me otorga, me veo en la obligación moral de avisaros del modus operandi de esta clase de individuos, por si después de leerlo, os ahorre la tortura china que supone aguantar a este tipo de vividores encubiertos.


Es complicado darse cuenta a tiempo de que, el que tienes al lado, no es un hombre, sino un vividor. Pero cuando ya llevas unos cuántos, detectas perfectamente cuál es su manera de actuar, porque la principal de sus características, es que NO LES DA EL CEREBRO PA PENSAR, así que repiten el patrón una y otra vez. La pena es que nosotrEs, al estar supuestamente "enamoradEs", no acertamos a darnos cuenta de las cienes y cienes de pistas que nos dan, con lo listas que se supone que somos...

A ver, paso a enumerar los puntos a tener en cuenta antes de caer en la trampa:

1.- Miran el móvil cada 5 minutos, aunque jamás les llama NADIE, excepto alguien de su familia, pero poco más. Y el Facebook igual, lo miran constantemente aunque no tengan notificaciones.

2.- No tienen trabajo ni lo buscan. Hacen como que sí, pero cuando les sale algo, siempre tienen alguna excusa para no hacerlo.

3.- Jamás te invitan a una caña. Su frase es: "Me vas a tener que invitar, porque HOY no traigo dinero". Vaya!, qué novedad!

4.- Nunca te regalan nada, ni por tu cumpleaños, ni por gusto. Eso conlleva calentarse la cabeza y lo que es peor, gastarse un euro en algo para alguien que no sean ellos mismos. Noooo.

5.- Rara vez (o ninguna) tienen iniciativa para hacer algo. A no ser que sea para ir a tomar cañas (invitados claro), a comer a un japonés (que por supuesto, pagas tu -ver punto 3-), o para algo que les haga falta a ellos. Y jamás hacen nada que no les apetezca a ellos, con dos cojones y un palito.

6.- ¡Son hipocondríacos máximos!, siempre les duele algo, o pillan frío cuando no hace frío, o están cansados cuando no han hecho nada para estarlo, o tienen sueño dos horas después de una siesta de tres horas... Vamos, un coñazo.

7.- Siempre parece que estén pensando en otra cosa, como que están en otro sitio, pero desde luego, a tu lao, no.

8.- Cuando les preguntas algo, SIEMPRE te responden: "¿Qué?", aunque lo hayan escuchado perfectamente, para así ganar tiempo y poder inventar una respuesta que no los comprometa. Esto es muy típico de los mentirosos, que para no pillarse los dedos, se hacen los despistados.

9.- Se esfuerzan lo mínimo posible (por no decir NADA) por quien se esfuerzan por ellos, ya sean familia o amigos, y de todos ellos tienen algo que decir, y no precisamente bueno.

10.- Mientras tengan lo que necesitan (cama, sofá, cervezas, papel del váter, y cojones pa tocárselos), lo demás les importa un carajo.

Y podía seguir enumerando características inconfundibles de esta clase de garrapatas, pero creo que con estas es suficiente para que los reconozcáis antes de meteros en líos, que después cuesta mucho quitárselos de encima.


Sentía la necesidad de poder hablar libre y abiertamente sobre lo que pienso de algunos hombres, pero me echaba para atrás el tener que defender después mis opiniones, y sobre todo, aguantar las típicas frases de "todas las mujeres sois iguales" o "os quejáis por todo"… Ya sabéis de qué hablo.

Pues bien, la pregunta del millón es: ¿Por qué maléfico castigo divino, estamos las mujeres condenadas a convivir con un hombre?
Y la pregunta del re-millón: ¿Por qué nos gustan tanto, si nos hacen la vida imposible, nos ponen de los nervios, nos dan tanto (o más) trabajo que los hijos, no nos entienden ni poniendo de su parte, y en general, SE NOS QUEDAN CORTOS?

¿Seremos masocas? ¿O tontas quizá?… Porque no me creo yo que NINGUNA necesitemos a un tío pa que nos ponga una lámpara, o nos suba las bolsas de súper… Total, al final lo acabamos haciendo todo nosotras. Y lo de la teoría de la procreación, es antigua ya, vamos, que ya ni pa eso son imprescindibles…


Y no hablemos ya de la "necesidad de protección", que supuestamente es una de las cosas que, biológicamente, nos debe hacer sentir atracción hacia ellos, porque, el 99% de ellos, con un pequeño resfriado se convierten en sacos de papas quejicas, que encima, tenemos nosotras que animar, aunque estemos 30 veces más cansadas, resfriadas y hechas polvo, mientras fregamos los platos, tendemos la lavadora, hacemos la cena, le contamos un cuento al niño y preparamos la mochila pal gimnasio.

¿Y ellos? pos tumbaos con 7 mantas como si estuvieran a las puertas de la muerte... Así que protección, más bien se la damos nosotras a ellos, pa que encima luego nos digan "pareces mi madre"... AAARRGGG!!!

¿A quién no le ha pasado, que nos hemos molestado por algo que han hecho o dejado de hacer, ¡y ellos tan panchos oye!, como si nada, y NO SE LES OCURRE PENSAR: "¿Qué le pasará?, quizá está cansada, voy a tender yo la lavadora", o mejor aún: "Quizá he hecho algo que no le ha gustado, voy a hablarlo, le pido perdón y le hago mimos pa que se le pase"…

Y mira que los mimos son gratis y no hay que levantarse del sillón...
NOOOOOOOOOOOOOOOOOOO, ESO JAMÁS SE LES OCURRE!!!… Claro, como el pito no tiene cerebro, pues estos pequeños detalles no están inventaos pa que se les pase por el pito, y menos por la cabeza!!!


Pero nosotras, como somos IDIOTAS a la par que GILONAS, esperamos un tiempo prudente a ver si se dan cuenta, PERO NO! y cuando te quieres dar cuenta, llevas dos días de mala hostia, con las patas de gallo aumentando por centímetros, mientras ellos siguen en el sofá diciendo: "Ay, qué malito estoy y qué poco me quejo..." . . . (si hijo si, te quejas mu poco, si...)

Así que decides olvidar el tema (por tu salud cutánea y espiritual, porque si esperas que reaccione como quieres, pueden pasar milenios..), vuelves a comportarte como antes de lo que te había molestado (que ya ni te acuerdas), y aquí no ha pasao ná…Y hasta la próxima!...

Y te pones mu farruca pensando: "La próxima vez que me haga algo, voy a pasar, ¡que le den!"… Pero no, a los 3 días te lo vuelve a hacer, y tu vuelves a hacer lo mismo... Ponerte seria, dejar de hablar, a ver si se da cuenta….PERO NO!

Cada vez estoy más segura de que estamos pagando el castigo por la puta manzana que se comió Eva… QUÉ TONTA!!! si al menos hubiera sido un Tiramisú de 4 kilos rodeado de gofres de chocolate y mucha nata por encima, estaríamos pagando por algo que mereció la pena, pero por una triste manzana...
Lo que tenemos que aguantar las mujeres…

Ojo! Que también hay mujeres vividoras (y muchas), pero eso ya en otro post.

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sábado, 6 de febrero de 2021

Nostalgia de otros tiempos...


Para ver si mi ansiedad rebaja intensidad (porque lo del médico mejor lo olvidamos, automedicarse es peligroso, y las drogas además caras e ilegales), me he hecho una lista de canciones de esas lentas de los 80, de esas que te reconcilian con el mundo, de esas moñas que al escucharlas, además de darte cuenta de que te acuerdas de la letra completa Y EN INGLÉS!, te hacen sentir otra vez adolescente, inocente, ilusionado y te teletransportan a cuando de verdad éramos felices, pero no lo sabíamos...


Phil Collins era uno de los mis preferidos con 16 años. Qué romántico.

Lo escuchaba mientras me asomaba a la ventana esperando ver aparecer al amigo de mi hermano. Me pasaba horas como la vieja del visillo mientras mis padres creían que estaba estudiando, y cuando lo veía aparecer se me salía el corazón de la emoción. Qué bonito era aquello. 



Parezco mi abuela hablando de 1940, pero no, hablo de 1985, hace ná.


Ahora, con 16 años raro es el que no ha hecho ya de todo. Qué pena.

Y es que claro, debe influir que la música de ahora es toda de arrimar cebolleta y las letras se pueden resumir todas de todos los “cantantes” en:

“Ey nena yo te voy a dar una cosita que te va a gustar,

arrímate a mí que te voy a ...”.


Y las chicas “cantan” cosas tan tiernas como:

“A mí me gustan mayores 

De esos que llaman señores 

De los que te abren la puerta 

Y te mandan flores

A mí me gustan más grandes 

Que no me quepa en la boca 

Los besos que quiera darme 

Y que me vuelva loca”...



No sé en qué momento la música dejó de ser música para convertirse en basura, pero claro, si es lo que hay, pues eso es lo que se escucha. Qué pena.

No hay más que ver "La isla de las tentaciones". Chicas que con 20 años ya han tenido “muchas relaciones tóxicas”, tienen las tetas postizas, las pestañas, los pómulos, el culo, y por supuesto, tatus. Imprescindibles los tatus.


En 1986, con 16 años fui yo a Londres con el Instituto, y con la tontería me hice un piercing en lo alto de la oreja. Hasta los 24 estuve ocultándoselo a mis padres. Nunca me hacía coleta. No era miedo, era RESPETO. Y un poco de miedecillo también.

Ahora son los padres los que se embarcan en préstamos para ponerle a la niña las tetas. Qué pena.



No sé en qué momento los padres pasaron de ser padres a ser gilipollas. Pero claro, si todas las amiguitas de mi hija las tienen, la mía no va a ser menos. Y ahí ves por la calle bandadas de niñas de 13 años, todas vestidas igual (bueno, todas en bragas vaqueras y enseñando canalillo), con el pelo alisado japonés por el culo, las uñas de 15 cm. y su iPhone. Y más tetas que la Bombi. Qué bonico está eso.

Y si las escuchas ya, te caes de culo. Qué lache.

Tienen un lenguaje muy raro.


Me acuerdo cuando en los 90 llegó la moda de las cazadoras vaqueras con rajas y parches. Mi abuelo se tiró un mes diciéndome: “¡Pero si la has comprado rota!

¡Ve a que te la cambien niña!”

Ay... si mi abuelo levantase la cabeza...


Yo no sé en qué momento la vida se torció y dejó de ser bonita y divertida a ser asquerosa. Los jóvenes, como no conocen otra, están encantados, pero los cincuentones estamos que no damos crédito.


Esos adolescentes con los pantalones rabicortos y estrechísimos, se creerán que van bonicos... Y esos pelaos por dios! Qué parecen todos retrasados! Pero oye, es la moda...

Ahora en vez de ir a los bares a bailar por Gabinete Caligari o corear a Radio Futura, lo que mola es jugar a la Play y tener muchos seguidores en Instagram, que parece un catálogo de carne, igual que Tinder o Meetic, pero para adolescentes. Ya no sé liga, ahora se va directamente al grano. Se han saltado lo más bonico.


En fin. Menos mal que tuvimos la gran suerte de nacer en el siglo pasado y ser adolescentes cuando la música lo era con mayúsculas, cuando el amor era bonito, el sexo llegaba como pronto y por lo general después de los 20, y todavía se tenía respeto a padres, profesores, mobiliario urbano y personas en general.


Nunca pensé que acabaría hablando como mi padre, y nunca pensé que aquello de “Cualquier tiempo pasado fue mejor” era verdad.


Y luego no queremos tener ansiedad... Demasiada poca tenemos.

(Do you remember? Phill Collins).

Lista de Spotify de aquellos mejores tiempos...

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