domingo, 17 de diciembre de 2017

Amor de usar y tirar.

Alucinante lo que ha cambiado la forma de ligar en 50 años. Y los que tenemos 50 nos creemos muy modernos porque ligábamos por el IRC Hispano, con el módem ese que hacía un ruido espantoso para conectar, y se desconectaba cada 2x3...
Qué tiempos...


Da miedo ya imaginar cómo se ligará dentro de otros 50.
¿Puede haber más posibilidades? ¿Es bueno, o es malo?...

Hay apps para ligar: entre vegetarianos, entre gays, entre lesbianas, entre gente con mascota, entre gente que ama el deporte, entre los cinéfilos, entre gente de clase alta, entre moteros, entre católicos.. Y te avisa el móvil si te estás cruzando por la calle con alguien que cumple todos los requisitos que has puesto en ajustes. Qué susto por dios.


Alto, moreno, con perilla, complexión fuerte, ojos verdes, aspecto casual, que haga deporte, sea trabajador, cariñoso, detallista, no ronque, se cuide, tenga tattoos y le gusten los niños.
Tócate los cojones. Eso es lo que busca el 99.9% de las tías. A la carta. Amor a la carta. A los tíos os da más igual, no sois tan exigentes. Con que respire, tenga dos tetas y no dé mucho el coñazo, os vale (y no os ofendáis, que sabéis que es así). Bueno, y si hablan poco, mejor. Hasta da igual que sean feas.

Tú pones todo eso en el Tinder, y al minuto tienes 240 hombres a menos de 200 metros que cumplen el 90% de lo que pides. Ahí, mira qué fácil. Y entonces empiezas a pasar el dedo por el móvil, descartando a los que no te parecen demasiado guapos, hasta decidir con cual te vas a tomar un café en ese momento, o una cerveza, o tres copas, o lo que encarte.

Esto para la gente normal. Gratis para las tías y de pago para los tíos, como las discotecas de pueblo. Qué horror tanta igualdad por dios.

Luego están las apps para ricos, que sólo acepta a gente que pague 80€ al mes. Así se aseguran de que no habrá gente de barrio ni con poco poder adquisitivo. Qué cosas... Jamás una rica del barrio de Salamanca se podría enamorar de un fontanero de Almería, así que para qué perder el tiempo.

Hay más posibilidades que nunca de ligar, de encontrar lo que buscas y ser "feliz" el resto de tu vida. Alguien debería decirles que la felicidad no depende de tener pareja, aunque entonces se acabaría el negocio millonario del amor...
Y cada vez hay más divorcios y más gente que quiere vivir sola sin complicarse la vida con una pareja. Curioso, ¿no?



Pues bien, hay cientos de apps para ligar, bueno, le llaman "para conocer gente", y no tienes más que tocar la pantalla 3 veces, y ya tienes plan. Puedes tomarte un café, una cerveza, 3 copas, o acabar uno en casa del otro, sin más complicaciones. Y mañana otro, y pasado otro... Total, si hay millones, para qué te vas a quedar con uno, si el de mañana puede ser mejor.

Los adolescentes crecen teniendo relaciones fugaces a golpe de clic. Ya no hay que pasar horas y horas recorriendo bares con las amigas a ver si encuentras a uno que te guste, y de la suerte de que tú también le gustas a él. Aquello sí que tenía mérito.
Ya no hay que quedar mañana. Ahora puedes tener 40 citas en una semana con gente que no conoces de nada, y tampoco pones mucho empeño en conocer. Porque HAY MÁS.


Qué pena ¿no?... Se acabó el flirteo, las miradas, aquello de "¿Eres de aquí o has venido a las fiestas? ¿Estudias o trabajas?...
Y nosotros nos reíamos de la forma de ligar de nuestros abuelos, que se pasaban años rondando a nuestras abuelas a través del balcón, con el padre vigilando, y si no eras buen partido, ni caso te hacía.

Lo nuestro fue más moderno, consistía en ir de bar en bar. La verdad es que cansaba y salía carillo. Pero ahora, no tienen ni que moverse de donde estén. En cualquier lado (en el bus, en el trabajo, en la calle, en el Mercadona...) pueden encontrar al "amor de su vida". Basta con mirar la app elegida, y a 20 metros lo tienes, además, con la seguridad de que cumple con los requisitos que buscas. Al grano. Se acabaron las sorpresas.
Da vértigo.

Y ni aún así, la gente encuentra pareja. Algo pasa...
Bueno sí, encontrar encuentran 40 a la semana, otra cosa es que les dure más de dos horas. Total, hay gente buscando a montones! y con un clic tienes otro disponible. Amor de usar y tirar.



Mi hijo tiene 14 años. He conseguido con mucho esfuerzo y lucha constante contra el resto de la sociedad, que mi hijo haya llegado a los 14 años y no tenga móvil. Es un motivo de orgullo para mí el poder decir: PUES NO, MI HIJO, NO TIENE MÓVIL.
Foh, qué transgresora que soy, ¿eh? Yendo en contra de la sociedad, llevando la contraria al sistema. Qué hippy, y qué rara.
Pues un día en una tutoría con el profesor, me dice que tengo que comprarle ya un móvil, porque si no, no tendrá vida social...



¿Perdona?... ¿Pero no decíais que los móviles son lo peor de lo peor, que los niños no tienen por qué tener móvil, etc, etc...?

Pues resulta que hoy en día, si no tienes móvil, no eres nadie. Nadie cuenta contigo para nada, porque no tienes móvil. Para que tengas un grupo de amigos, tienes que tener móvil. Para salir, para ir al cine, para echar un partido, para todo. Todo pasa a través del aparato este, y si no tienes, no existes para los demás. Lo de "quedar" ha desaparecido, ya es todo sobre la marcha.

Recuerdo cuando tenía un novio de Madrid, que para quedar con sus amigos tenían que hablarlo durante la semana y concretar (que Madrid es muy grande), como si se fuera a casar alguno, pero era sólo para tomarse unas cañas.

En fin, que en estos tiempos modernos, como todo, el amor también se ha desvirtuado, por si es que no lo estaba bastante ya.
Y lo que no podemos olvidar, es que enamorarte de una persona, es que esa persona también se enamore de ti. Porque si no, eso no es amor, es otra cosa.
Ya puedes tener 40 citas a la semana, que la cosa no funciona así.
Antes teníamos menos y ligábamos más. Y más de verdad.

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viernes, 1 de diciembre de 2017

Derroche...

Qué palabra tan vulgar.


Esa horrorosa costumbre que tienen en las pelis, de que cuando alguien se va a duchar, abre el grifo del agua mientras se va a desnudar, no sin antes poner las lentejas, tender la lavadora, elegir el modelito, llamar a su madre, cambiarle la llanta a la bici y pedir cita al médico por internet.
Y después ya, se ducha. 

Pero a la vez, nos ametrallan con noticias sobre el cambio climático, la desertización del planeta, la sequía pertinaz, y la importancia del reciclaje. Ah! Y anuncian restricciones porque solo queda agua para tres meses en algunos puntos de la península.
Y lo de llover, como antes, meses y meses, pasó a la historia.


Alguien se está riendo de nosotros. Además de los políticos.

Desde hace siglos. Está prohibido que los actores salgan fumando en las pelis o series, no vayamos a que los veamos, queramos imitarles, y nos den ganas de fumar, con lo malo que es eso. Y lo que es peor, acabar politoxicómano. Pero bien que nos meten publicidad del tabaco por todos lados, y lo que es más curioso, en eventos deportivos. Derroche de hipocresía.


Empieza Diciembre. El mes más absurdo, artificial, obsceno, estúpido, infeliz, incómodo y caro del año. Empiezan los mantecados, los Black Fridays que ya duran una semana, las putas comidas de empresa, las putas frases hechas de los cojones, la compra indiscriminada de langostinos y cava, las romerías por las tiendas de juguetes en busca del mismo juguete que han pedido el 95% de los niños del planeta y casualmente, todos los años se agota antes de empezar a venderse. 

Claro, con esto de Amazon, todo se vende antes. Y con esto el envío gratis, se nos va el dedo y nos compramos unas zapatillas de 140€ sin necesitarlas, porque te vas a ahorrar 5€. Todo muy normal y entrañable.


Esas tiendas de ropa, con cientos de percheros con miles de prendas cada uno, con las perchas tan apretadas que es imposible buscar tu talla, porque no hay cojones de separar una de otra.

Esas tiendas en las que el jueves, esa ropa ya no es la misma del lunes.
La cambian entera dos veces por semana. Es toda casi igual, pero con más o menos volantes y con más o menos flores. Pero igual de mala y de cara. Un jersey que te compras en temporada (el lunes) y cuesta 39,99€, vas el jueves y está en la sección de oportunidades a 9,99€. Qué cabreo te entra joder. 

Es imposible que toda esa ropa se venda. No hay cuerpos disponibles en el planeta tierra para poder vestir tantísimos trillones de prendas. Imposible. Y cada día hay más tiendas de ropa con percheros apretados de ropa barata. Eso sí, en las boutiques de ropa cara hay un perchero por prenda. Así si.


No me gustan los mantecaos ni los turrones, y me da empachera de ver montañas de ellos por todos lados, por dios, ¡que hay que comer mantecaos por cojones! ¡Que es Navidad!

Se derrocha de todo. Agua, luz, comida, ropa, mala leche... De todo.
Eso si, solidaridad, bien poca.

Ese negrito de los semáforos, que se pasa medio año vestido de gitana y el otro medio de Papá Noel, 12 horas de pié entre los coches pa vender un paquete de Kleenex del Día o un ambientador que ya no huele... Y la gentuza que dentro de su nave espacial, no se digna ni a mirarlo a la cara cuando se acerca a su ventanilla... Derroche de egoísmo! Imbécil! 

¡Que tienes más de lo que necesitas! Pero claro, eres lo más infeliz del mundo, y por eso no tienes capacidad para sonreírle a ese inmigrante que no tiene ni lo básico. ¡Claro! es que no le vas a dar 1€ a todos los que te encuentras en los semáforos, NO TE VAYAS A QUEDAR SIN DINERO PA MANTECAOS, GILIPOLLAS!... Qué asco me da de esa gente por dios...


Perdonad, es que hay cosas que me sacan de mis casillas. Bueno, la verdad es que a mi edad, ya hay pocas que no me saquen...

Derrochad hermanos, que ha llegado la santa Navidad.
Con vuestro dinero, vuestra salud y vuestro tiempo podéis hacer lo que os de la gana.
Pero con el agua, cortaos un poquito, que el problema es serio, y como sigamos a esta velocidad, nos va a dar tiempo de ver cómo el agua se convierte en el bien más preciado del planeta antes de morirnos. Por encima del dinero y del Don Perignon. Y no es coña.
Podéis ir en paz.
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