domingo, 27 de marzo de 2016

Me gusta y no me gusta


No me gusta la gente que habla a gritos.
Me gustan los que saludan por las escaleras.

Me deslumbran los solidarios.

Me asquean los egoístas.

Me dan pena los que siempre van con cara de perro.
Admiro a los que no se preocupan por cómo les queda la ropa.

Me cargan los que tienen que decir la última palabra.
Me atrae la gente que actúa como piensa.

Me encanta quien es fiel a los demás.

No la gente conveniente.


No soporto la mala educación, ni la falta de higiene.
Me alegra la gente que sonríe.

No puedo con quien cuenta todos los detalles sin importancia.
Quiero a la gente que te sigue llamando aunque nunca la veas.

No trago a quien mira por encima de su estrecho hombro.
Me encanta quien que te cuenta sus cosas aunque no lo conozcas.

No aguanto a la gente que habla muuuy lento.

Me gusta quien no presupone.

Me asusta la gente que no se alegra por la suerte de los demás.
Me dan pena los ignorantes.

Me gusta la gente que huele bien.
No la que se carga de complementos.


Me enriquecen los humildes.
Me aburren los fracasados.

Me ilumina la gente transparente.
No me gusta quien cree que todo lo sabe.

Me gusta quien nunca se queja.
No me gustan los que van de débiles.

No comprendo las faltas de respeto.

Me gusta la gente que usa las papeleras.

Me enternece quien no estudió y no se acompleja.
Me cansan los chistosos.

Me gusta quien al darle los buenos días, responde.

Me pone nerviosa la gente poco resolutiva.

Me gusta la gente que da.
No concibo a los que sólo reciben.

Me horrorizan las masas.

Me gustan los que ayudan a quien no puede abrir la puerta con el carrito.

No me merece ningún respeto quien miente.

Me encantan las calles vacías.

Me gusta la gente que piensa.

Me aterrorizan los que no lo hacen.

Me gustan los que se ofrecen.

No los que escurren el bulto.

Me gusta creer en la gente.
No me gustan los que saben que te están engañando.

Me gusta la gente que dice lo que pesa.

Me gusta la gente que dice lo que piensa.

...Qué alegria de gente... Qué pena de gente...

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domingo, 20 de marzo de 2016

Gente y tradiciones...


Flipando estoy de ver cómo queman una escultura preciosa de 6 toneladas y 26 metros hecha durante 6 meses.
O sea, un equipo de artistas, artesanos, y trabajadores, emplean 6 meses y muchos miles de euros en construir una escultura que, en cuanto esté terminada, será quemada A PROPÓSITO!, delante de miles de personas ataviadas con unos trajes imposibles, que mientras la ven quemarse, entonan cantos populares de la región, y lloran.


Flipando estoy de ver cómo miles de personas vestidas como los del Ku Klux Klan recorren las calles de las ciudades muy despacio y en silencio, con un cirio de un metro chorreando cera, precediendo a una tarima donde va una escultura hecha por otros artistas, normalmente con cara de pena, y al verla, también lloran.
No me extraña, porque digáis lo que digáis, y tengáis la fe que tengáis, bonito lo que se dice bonito, no es.

Esta no la queman, esta la pasean una vez al año, y luego la encierran, para que no la vea nadie. Y no, no se me cabreen los asiduos a las procesiones, que una de las cosas que os pidió vuestro Dios, es que respetarais a los demás, y los demás estamos respetando que vuestra tradición siga siglos después cortándonos las calles y llenándolas de cera, pero a cambio, tenemos el derecho a decir lo que pensamos, ¿no?


Flipando estoy de ver cómo miles de personas, disfrazadas con volantes y abalorios de plástico de colores, se meten en un recinto polvoriento durante una semana, beben sin parar, comen y se meten mierda a precio de oro y bailan sin saber, escuchando la misma música durante 7 días y 7 noches, para una vez acabada esa semana, no volver a escucharla, ni a vestirse con esos trajes, hasta 364 días después.


Flipando estoy de ver cómo un soleado sábado por la tarde, entrar en un centro comercial es más difícil que ser agraciado con el gordo de la Primitiva siete veces seguidas. Cómo miles de familias se montan en sus coches y no se les ocurre otra cosa mejor que meterse en un recinto cerrado, atestado de gente que anda en todas direcciones, con los carritos de los bebés, las abuelas y los niños, a pasar la tarde bajo luz eléctrica, teniendo que hablar a voces para entenderse, y pensando que se divierten viendo escaparates con ropa que no pueden comprar ni necesitan, y tomándose algo en un bar después de esperar (media hora de pié) que quede una mesa libre, para luego llegar a casa cansados y cabreados por la bonita tarde que han pasado.


Flipando estoy de las miles de personas que acuden a un evento deportivo con más ímpetu del que irían al nacimiento de un hijo propio, ataviados con bufandas horrorosas, con el único fin de insultar a alguien a gritos, cagarse en la puta madre del árbitro, echar pestes sobre el entrenador, o tener el récord guinness de ingesta de cerveza en dos horas al aire libre, o comida de pipas con lanzamiento de cáscaras al suelo que ya las recogerán otros.
Ahí ahí, fomentando el respeto y la educación...
Eso sí, salen con prisa del estadio, porque no llegan a tiempo a la procesión del día.


Flipando estoy de que las playas se abarroten de personas cuando el telediario dice que hay que hacerlo. Las playas están puestas todo el año, pero la mayoría de la gente sólo se acuerda de ellas cuando se acuerdan todos los demás.

Lo de hacer colas interminables para llegar, para aparcar, para el chiringuito, y para volver a casa, debe ser adictivo, porque siglo tras siglo, la muchedumbre repite.
Y encima se quejan de que había mucha gente. 


Las conductas humanas nunca dejarán de sorprenderme, o mejor dicho, de horrorizarme. Con lo bien que se compra en el Mercadona o en el Lidl cualquier día de semana a las 4 de la tarde. Con lo bien que se disfruta de la playa en Primavera o en Otoño. Con lo bien que se está en el campo o en el pueblo un sábado por la tarde. Con lo a gusto que desfilarían las hermandades por el recinto ferial, cada uno por un lado y cantando saetas cuando se cruzan, sin cortar calles ni molestar a nadie.

Porque señores, en el mundo, además de los creyentes, también existimos los ateos, que pagamos igual que ustedes y sin remedio los gastos que supone el despliegue policial y la limpieza de calles después de que ustedes las llenen de cera, peligrosísima para los viandantes y motoristas.
Pero eso parece que no importa, porque "es una tradición", y sea lógica o no, hay que seguirla.

Estamos en el siglo XXI ya, y me gustaría a mí saber qué pasaría si continuásemos con alguna de las tradiciones de hace siglos, como la de los duelos a tiro limpio, la infibulación, lapidación, los eunucos, tirar animales vivos desde los campanarios, o la quema en hogueras de las mujeres a las que se les suponía "brujas".


Ya va siendo hora de abrir los ojos y darse cuenta de que no a todos nos gusta ni creemos en lo mismo, que hay libertad de acción y expresión, y que cada individuo es libre de ir a la playa cuando le apetezca aunque llueva, de vestirse de faralaes cuando le plazca, o de poder circular por una calle sin encontrarse que está cortada porque a otros les gusta mantener una tradición de la que sólo se acuerdan fervorosamente una semana al año.
Eso sí, mientras no molesten a nadie.

Si el resto del año le pegan a su mujer, o le ponen los cuernos a su marido, o no son solidarios con los demás, no pasa nada. Lo importante es adorar a una escultura y que los demás te vean, cosa que creo recordar, dice la Biblia que no está bien... Y quizá por eso llueve siempre.

Repito este pasaje de la Biblia, que es muy ilustrativo...


No es mi intención ofender a los creyentes, pero no estaría mal que empezaseis a pensar que no tenéis la razón absoluta ni estáis solos en el planeta, y que los que no creyentes también merecemos un respeto, al menos, el mismo que pedís para vosotros.

Hay sitio para todos, incluso para no obligarnos los unos a los otros a sufrir las tradiciones que no nos interesan. Quizá, si el que 20.000 heavys ocuparan las calles con su música a todo volumen y una figura de su ídolo musical en lo alto de una tarima fuese una tradición, no estaría tan bien vista ni aceptada. Por lo visto hay que tener una base religiosa para ser considerada "tradición", y que el Ayuntamiento corte las calles para que puedas pasear lo que sea que pasees.

He leído en algún sitio que si la veneración religiosa se hace por munsulmanes, se considera "fanatismo islámico". En cambio, si la hacen cristianos, no es "fanatismo cristiano". Siempre ha habido clases...

En esta santa semana me largo lejos, y así no me cruzaré con alguna de las tradiciones que no entiendo ni comparto.
Y los fieles que aguardan verlas pasar, hacen un muro humano imposible de franquear, por lo que un año más, cuanto más lejos de este teatrico, mejor.

La semana que viene volverán a los centros comerciales, a las playas y a los partidos, y yo podré circular en paz, a las horas en las que no hay nadie a quien esquivar.
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sábado, 19 de marzo de 2016

Dietas y modas...

Me veo a las 8 y media de la mañana comiéndome un bocadillo de jamón. Con el asco que me da comer por la mañana, y lo poco que me gusta el jamón. Esto es poco menos que una tortura!
Si si, os conozco y estaréis pensando: "Con lo rico que está el jamón! Mmmmm!, Esta tia es tonta!"



Pos mira sí, seré tonta, pero sé que no soy la única, y eso, como tonta, me consuela ;)

Antes decían que recién levantado, tenías que tomar en ayunas medio litro de agua con limón para hidratar las tuberías, regular el pH, bla, bla, bla. O una infusión de jengibre con canela, que a la larga te deja los dientes del color de los ladrillos de la fachada. Y que hasta media hora después, ni se te ocurriera comer nada!!!! Que te daba cáncer seguro!!



Pues ahora dicen que lo que hay que hacer, es hartarse de comer por la mañana, aunque prefieras que te arranquen las uñas de los pies una a una antes de meterte eso grasiento pal body. Si por lo menos fueran tostadas con mantequilla y mermelada, o un croissant, es otra cosa. Pero jamón con aceite de oliva, que no me apetece ni a medio día de tapa con la cerveza!!!... Puff... Que si, que será muy sano, pero cuando no te entra, no te entra.

Para algunos, lo de comer recién levantao es algo imposible, aunque el resto de día sea lo único en lo que pensamos... Tiene tela la cosa...

Así que, paradójicamente, para adelgazar, hay que hartarse de comer en cuanto sales de la cama. Y comer 6 veces al día. Ni más, ni menos.


Las dietas de los nutricionistas parecen la lista de la compra de una familia numerosa. Es humanamente imposible que una persona sola se coma todo eso. Y te ves, queriendo dejar unos kilos, y comiendo mucho más de lo que sueles comer, cosas que ni te gustan, ni te apetecen, a todas horas... Yogur Bífidus con nueces, queso blanco a palo seco sin mermelada ni ná, tortitas de maíz más secas que el pienso del perro, infusiones que saben a rayos, lonchas de un pavo insípido, y cosas que no se las darías ni a tu hámster.


Así que el lunes empiezas con mucho ánimo y te comes todo eso haciendo de tripas corazón; el martes ya picas con un cachito de chocolate; el miércoles ya pasas de la mitad de las cosas; el jueves piensas que como no lo has hecho bien, si te comes un bocadillo de nocilla no pasa ná; y el viernes ya, te hartas de cañas con tapa y como ya la has cagado del todo, antes de acostarte te comes un palmerón de chocolate que no se lo salta un gitano.
Y entonces, eres feliz.


Y vuelta a empezar! Y así toda la vida. De lunes a viernes amargao comiendo alpiste y cosas que sólo se comerían con gusto los animales, y el fin de semana te vienes arriba y piensas ¡Qué pollas!, y echas por tierra lo poco conseguido en tu tortura semanal.

Pero como no somos los únicos, mal de muchos...

Así es el ser humano. Raro, raro, raro...
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martes, 8 de marzo de 2016

Soy MUJER, y tengo un día para mí... 🙄

Me parece UNA SOBERBIA CHORRADA que haya "Día de la Mujer", si no hay "Día de la Abuela", "Día del Hombre", "Día del Hijo", "Día del Repartidor de Amazon" o "Día del fuído no binarie", ya que todos tenemos derechos y deberes, y todos merecemos tener un día en el que gritarlo a los 4 vientos, enseñando lo que nos venga en gana.

Yo soy mujer, trabajo mucho, hago lo que quiero, y no, no quiero ser como los hombres.
Mis derechos me los gano yo, trabajando, cumpliendo y haciéndome respetar, no haciendo huelgas absurdas y reclamando algo imposible. Las mujeres somos muy superiores a los hombres en muchas cosas, en muchas. Y ellos, lo son en otras.
A ver si nos lo creemos ya, que es lo que necesitamos.
¡MENOS COMPLEJOS!
No hay más.

Es una chorrada señalarnos como si fuésemos algo de lo que hay que darse cuenta de que existe. Creo que en el preciso momento en el que se nos señala como algo a lo que hay que darle un día para celebrar, se nos está convirtiendo en una excepción.
"¡Uy mira! ¡¡Una mujer trabajadora!! ¡Vamos a ponerle un día!"


"Mujer trabajadora"... Dos palabras que han nacido para ir unidas.

Desde que el mundo es mundo, la mujer ha trabajado duro, a veces incluso más que el hombre, por el simple hecho de no tener voz ni voto, y tener que vivir a la sombra de sus maridos, haciendo el trabajo de casa y de criar niños. Eso también es trabajo, y del duro.

El día de los "Santos Inocentes", vale. El "Día del Padre", por supuesto. El "Día de la Madre", también. Por el reconocimiento que conlleva el hacerles homenaje a los que ya no están, o a los que nos han criado sacrificando sus vidas personales, sociales y sexuales.
"Cuando seas padre, comerás papas", dicen...




Pero que haya "Día de la Mujer Trabajadora", me parece como si tuviera que haber el "Día del Gay Perezoso", el "Día de la Choni Gritona", o el "Día del cateto en Chándal".

Mujeres trabajadoras ha habido siempre, y siempre las habrá, igual que hombres.
Se supone que este día es para reconocer la lucha de las mujeres por ser iguales en derechos a los hombres.

Pues sí, hay que reconocerlo, porque hace nada, no teníamos derecho ni a abrir una cuenta en un banco, ni a votar, ni siquiera a ir de viaje sin el respectivo marido.

En todo caso, tendría que ser el "Día de la Mujer Luchadora por su Derechos", ¿no?



Y entonces, ¿Por qué no hay "Día del Hombre Trabajador"? ¿Por qué curiosa razón se presupone que todos los hombres son trabajadores?

Puedo hacer una lista bastante larga de hombres que he conocido, sufrido y mantenido, que antes de trabajar o hacer una chapucilla en casa prefieren tirarse por el balcón, eso sí, después de dormir la siesta y hartarse de cerveza. Y tocarse un rato los huevos, claro.

Si NO todos los hombres son trabajadores, tampoco todas las mujeres lo somos. También puedo hacer una lista igual de larga de mujeres que pasan la vida tumbadas viendo novelas, mientras sus maridos trabajan, hacen la comida, van a la compra, etc, etc.

No soy de celebrar tonterías, ni incluso, de celebrar cosas importantes (si a santos, cumpleaños, días tradicionales, etc, se les puede llamar "cosas importantes"). Pero de verdad, esto de que tengamos que felicitarnos las mujeres entre nosotras por tener un día en el calendario para nosotras, me parece, cuanto menos, ridículo.


No lo necesitamos, gracias. Nosotras sabemos el trabajo que hacemos, día a día, durante todos y cada uno de los días de nuestras vidas, aunque no se nos reconozca en el telediario.

No necesitamos que el calendario de festivos nacionales, señale un día cualquiera, y le ponga el nombre de "Día de la Mujer Trabajadora". Eso no nos sirve para nada. Sobre todo, porque no es festivo para nosotras, y seguimos haciendo el mismo trabajo de los otros 364 días del año.
Sólo que nos felicitan y no entendemos muy bien por qué.

Quizá sí nos serviría el que, este día, nuestro día, por Decreto Ley, igual que el "Día de todos los Santos" se va al cementerio, o el "Día del Padre" se les hace un regalo, no trabajáramos NADA, nos dieran día libre en el trabajo, no hiciésemos nada en casa, nos dedicásemos exclusivamente a nosotras, y los hombres se ocupasen de todo lo que hacemos nosotras todos los días.

Eso sí que nos serviría, al menos, para que ellos (maridos, novios, jefes, padres, hijos) vieran lo importantes que somos las mujeres en su vida diaria. Y que estuvieran deseando que llegara el día siguiente para que nosotras nos volviésemos a ocupar de los niños, de la casa, de las meriendas del cole, de la compra, de nuestro trabajo fuera de casa, de las actividades extraescolares, de los médicos, de las medicinas, de los deberes, de las cenas, de las lavadoras, de que todos tengan la ropa lista para el día siguiente, además de nuestro trabajo fuera de casa, y vuelta a empezar.

Y así, quizá en 500 años, se nos valoraría como merecemos.

O simplemente que nos hicieran un regalico útil, ¿no?, porque que yo sepa, no se estila eso...


Mi respeto y admiración hacia las mujeres que lucharon por nuestros derechos. Sí.

Pero no me vengáis con gaitas, que las mujeres, en la gran mayoría de los casos (las hay vagas y petardas como ellas solas también), SOMOS TRABAJADORAS. Y no nos hace falta que nos feliciten, sino que se valore más nuestro trabajo.

 

Sin ánimo de parecer feminazi, que no lo soy dios me libre, me gustaría saber qué sería del Universo si las mujeres trabajadoras dejásemos de serlo durante... una semana. Esto iba a parecer el vídeo de Michael Jackson, con hombres y niños andando harapajosos, con los ojos desencajados, deambulando por las calles en busca de comida.

Pero de ahí, a andar en tetas gritando por las plazas y los sobacos llenos de pelos, hay un abismo.
Somos nosotras las que debemos hacernos respetar, y a mí, no me gusta el feminismo moderno, ya que consigue todo lo contrario.

Somos PERSONAS, y esa manía de querer diferenciarnos por sexos (o géneros como se le llama ahora) hace mas daño que otra cosa.
Hay mujeres malas igual que hombres malos, ¡ya está bien de beatificarnos sólo por el hecho de ser mujeres!

He dicho.
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