viernes, 28 de abril de 2017

Falsa modestia...

-"¡Ohhh, qué guapa estás, y qué tipo tienes, nena!
Pero qué delgada te has quedado! Y qué pelazo!"
-"Pues sí, gracias, sí que soy guapa y que tengo un tipazo".


... ¿Por qué no se puede reconocer que un@ se ve guapo?
¿Por qué siempre hay que decir...?: "Noooo, anda ya, con estas ojeras y esta celulitis voy a ser guapa, si estoy vieja y fofa, y tengo las puntas abiertas y me tengo que echar el tinte!"

Ea, así, queriéndose a uno mismo, sí señor. Así te van a querer los demás, por los cojones.
A eso le llamo yo Marketing, sí, sí, sí. Vendiéndose a uno mismo. Positividad máxima!

Alucinante oye. TODOS y cada uno de nosotros, sabemos PERFECTAMEEEENTE que nos miramos al espejo y pensamos entornando los ojos:  "Oye, pues no estoy tan mal, soy guapa, tengo unos ojos preciosos y un cutis fino y sin imperfecciones de esas que salen en los anuncios de "Oil of Olay", y tan gorda no estoy, yo me veo bien, ¿que podía estar mejor?, pues si, pero yo me veo bien, qué coño, la Paqui (o el Borja) está 20 veces más gorda que yo, y encima malhecha, y yo tengo formas (o musculitos)..."

O sea. Que a nosotros mismos nos decimos lo que realmente pensamos de nosotros mismos, pero a los demás no. A los demás hay que mentirles, hacerles creer que somos humildes y no nos sentimos nada especiales, que tenemos el ego bajo y todas las enfermedades del mundo, que vamos más a la farmacia que a Mercadona, que tenemos inseguridades y no nos queremos a nosotros mismos. En definitiva, que pobre de mí.

Así causaremos pena en el contrario, haremos que se sienta superior a nosotros, reparando inevitablemente en que eres una persona manipulable, realizadora de sus más oscuros deseos, y así, te obsequie con el privilegio de su amistad.

Así es como la gente falsa hace amigos. Así luego se ven pandillas de gente que antes se ponían veeeeeerdes bidireccionalmente, y ahora se pasan el día comiéndose los mocos bidireccionalmente. Todos sabéis de qué clase de gente hablo.

Esa gente que, va por la vida con la cabeza muy alta, viviendo para que los demás piensen de ellos lo que ni ellos mismos piensan, aparentando ser hiperfelices, familia de cuento, perfecta, viajera, y envidiada hasta que, esos que tuvieron la suerte de poder ser sus amigos, llegan más allá de ser amigos. Se convierten casi en familia, que se lo cuentan tó, todo el día a pespunte, y en cuanto se van, a ponerse verdes mutuamente. Qué asco.


Mi abuela siempre decía que los arrechuches, no acaban bien. Y anda que se equivocaba! Las abuelas nunca de equivocan. ¿Por qué será eso?

A nosotras ya nos queda poco para ser abuelas. A unas menos que a otras. Qué guay, entonces,  ya cuando seamos abuelas, no nos equivocaremos más. Joder, por fin.
Toda la puta vida equivocándonos, desde que naces, todos los días de tu vida. Una vez detrás de otra. Y por mucho que sufras, te vuelves a equivocar. Con la gente. Es fácil equivocarse con la gente.

Porque, la gente MIENTE. Y claro, si la gente miente, a ver cómo no te vas a equivocar con la gente. Así es imposible acertar. Te ponen una cara y cuando te das la vuelta ponen otra. Así jamás llegarás a conocerlos de verdad. Ni ellos a ti.

Pero da igual. Lo importante es mirarme al espejo, verme guapa, delgada y sexy, y luego salir a la calle a quejarme de lo fea que soy, lo que me duele la espalda, y enumerar los michelines que me sobran pero que mira, yo sin chocolate no vivo, así que los colecciono.


Los que sentimos en la calle lo mismo que vemos en el espejo, los que, si estamos contentos lo decimos, y si estamos tristes también, los que te decimos lo mismo a ti que a los de detrás. Los que nos creemos la cara que nos muestran, los que no sabemos por qué los demás os pegáis tanto trabajo para ser felices, si teniendo una sola cara se está mucho más tranquilo...
Y la felicidad es la tranquilidad. De conciencia, mental y física. Tranquilidad...

E importa poco que la tranquilidad este fofa o tenga ojeras. La tranquilidad no tiene defectos. Ni precio. Ni está al alcance de todo el mundo. Desde luego, no de esos que te ponen una cara, y por detrás otra. Esos se tienen que conformar con aparentar ser una familia feliz. 

Qué pereza, viviendo una mentira día tras día, haciendo pandilla con gente que no te gusta en absoluto ni tiene nada que ver contigo, pero que es la única que te adula sin parar, aunque sea mentira. Y eso es lo que quieres, que te piropeen para poder subir un poco ese ego que tienes por los suelos, porque no te quieres a tí mismo, y claro, tampoco puedes querer a los demás, por mucho que lo finjas.


Con lo bien que se vive siendo consciente de tus virtudes y tus defectos, sabiendo quién eres, sabiendo lo que quieres, sabiendo que el tener más o menos arrugas no condiciona tu felicidad, siendo natural sin tener que actuar para agradar a los demás, y que si los michelines están ahí, es porque los has disfrutado. Y a los demás, que les pique un pollo.

Vosotros seguid mintiéndoos a vosotros mismos y a los demás, que es divertidísimo eso... Y muy honesto por vuestra parte, sí señor. Luego no os quejéis de tener lo que tenéis. 

Si te ves guapa, dilo! Si te ves divina, dilo! y créetelo!

Hay que tener ego. El ego es bueno, pero por dentro. Para tí solo.
Pero para fuera, está feo

Puff, qué tranquilidad, oye...

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