viernes, 15 de abril de 2016

Hijos: Salud...

Vivimos en la era de la salud. Ahora hay Hospitales modernísimos por todos lados, Centros de Salud de diseño en cualquier barrio o pueblucho, y supuestamente, facilidades para acceder al sistema sanitario español.


Los niños desde que nacen (incluso 9 meses antes), tienen cientos de citas con el pediatra, alergopediatra, foniatra, psiquiatra, logopediatra, otorrinolaringólogopediatra, estomatopediatra, y todo lo que acaba en -iatra. Incluso tienen una cartilla de vacunación igual que la del perro. Estamos en el futuro. En la era en la que tenemos mayor esperanza de vida, dicen.

Lo que no sé muy bien, es si sería mejor tener menos esperanza y más vida, porque esto es un sinvivir. Vemos más al médico que a nuestros amigos. Y eso que nuestros amigos nos invitan a merendar y no nos quitan de fumar ni de comer lo que nos gusta.


Un bebé se tiene que someter a cientos de pruebas, para saber si está sano o no, por si hay que empezar a darle cualquier medicación y así evitar que de mayor tenga alguna enfermedad incurable. Y mira que yo soy de las que me tomo la pastilla antes de que me duela algo, pero yo soy adulta y decido yo.
Siempre pienso en los niños de los gitanos y de los hippies, que están siempre comíos de mierda en mitad del campo y se crían bien rollizos y sanos, sin tanta "atención primaria".

En este siglo XXI, todo lo que le pase a un niño es susceptible de convertirse en una razón para ir al médico y para alarmarse en exceso. Una ronchita, un estornudo, una tos, unas décimas de fiebre, un vómito, una caquita más líquida de lo habitual...

Rápidamente pedimos cita por internet, el día y la hora que nos convenga (ventajas de la modernidad), y allá que vamos. Sacamos al niño del cole a media mañana para ir al edificio más moderno del pueblo a echar la otra mitad de la mañana.
En el pueblo, están todas las aceras rotas, mierdas de perro por tos laos y faltan pasos de peatones y rotondas en los alrededores de los colegios, pero tenemos el centro de salud más moderno de la comarca, eso si.


Y llegamos. Y aquello está petao de madres con sus retoños, todas con cara de pena, de susto, de incertidumbre. Los carteles de las vírgenes de la Santa Semana están inspirados en estas sufridas madres, fijo.

Las escuchas hablar y no sabes si salir corriendo o liarte a tortas. Es alucinante.
-"Mi hijo ha estornudado al salir de la ducha, estoy muy preocupada, no vaya a tener neumonía".

-"Puff, yo no sé, la mía lleva tres días sin comer. Justo después de su fiesta de cumpleaños, no ha querido abrir la boca, lo mismo tiene un virus estomacal, que hay muchos ahora por ahí..."

-"Uy eso no es nada!, el mío ha hecho una caquita color mostaza que nos tiene muy, pero que muy alarmados"
. . . 

¿Alguien de los aquí presentes (mayores de 40) se acuerda de ir al dentista de niño? ¿O al pediatra? ¿Al Alergólogo? ¿O al oculista?... ¿AL LOGOPEDA?... ¿A que no?
Más que nada porque hace 40 años no existía tanta variedad de personal dedicado al cuidado de la salud infantil. Y mira lo sanos que estamos casi todos.

Lo más que nos hacían, era mirarnos las cabezas en el cole una vez al año por si teníamos piojos y echarnos un flis flis, y ese día era emocionantísimo. Y cuando venían a ponernos la vacuna a todos en fila, cual campamento militar, era un horror. Pero nada más. No había Centros de Salud, y al hospital íbamos exclusivamente cuando nos echábamos la nariz abajo por una torta con la bici.


Ahora, raro es el niño que no es hiperactivo, autista, estrábico, tiene déficit de atención, la piel atópica o algo que lo señala irremediablemente como diferente de los demás y digno de pena. Solución? Hartarlo de medicamentos para que se esté quieto o para que no se esté, o para que hable o para que deje de hablar, para que coma o deje de comer.

Me cago yo en las etiquetas y enfermedades nuevas estas. Antes había gordos, flacos, gafotas, más listos, más lentos, más espabilaos y más introvertidos. Esas eran las etiquetas, pero claro, esas no dan dinero. Porque ahora, hay que hacer ganar dinero a Laboratorios Farmacéuticos, Logopedas, Psicólogos infantiles, Orientadores, Psicopedagogos, y un largo etcétera de profesiones que antes no existían.
Si, el progreso es muy bueno, pero también hay mucho rollo.

Nos tienen asfixiaos. El niño no puede ni tirarse un peo más largo de la cuenta, porque si miras en internet, resulta que el niño tiene una disfunción sensorial genética peligrosísima y hay que llevarlo a terapia lo antes posible, o está condenado a ser un señalado por la sociedad, y tú eres mala madre.

Antes nos poníamos malos (de resfriao generalmente, porque antes sí llovía y sí hacía frío de verdad, no como ahora), faltábamos dos días al cole y yasta. No había Dalsy ni Apiretal. Sólo  ASPIRINA que lo curaba tó!!!!, y termómetros de mercurio, que cuando se rompían, jugábamos con las bolitas, cosa que ahora parece ser radiactiva y motivo de muerte fulminante.

No era el fin del mundo no tener los deberes, y como gracias al cielo, no había whatssap, el niño podía estar malo tranquilamente, sin tener que hacer los deberes de las clases a las que no había asistido.

Ahora nooooooo. Aunque el niño tenga 47 de fiebre, las madres piden por whatsapp los deberes, pa que ese niño, el pobre, medio atontao, tenga que resolver unos ejercicios que han explicado en clase mientras él no estaba. Muy lógico todo.

Ahora no está permitido tener personalidad propia.
Si eres introvertido, eres autista y al médico ¡de cabeza!.
Si eres nervioso, eres hiperactivo y al médico ¡de cabeza!.
Si estás muy delgado tienes propensión a la anorexia, y al médico ¡de cabeza!.
Y si estás gordito, peor, eres obeso!!! y al médico ¡de cabeza!
Y si hablas poco, o mucho, o regular, al logopeda tres tardes a la semana por el resto de tu vida, ¡de cabeza!
... Ahora entiendo de dónde viene lo de "Médico de cabecera"...
Y por supuesto, todo esto tiene arreglo a base de medicamentos carísimos, de los que aun no tenemos pruebas de que sirvan para algo o no, dado que son de reciente aplicación. Si dentro de 20 años, los niños tienen ansiedad, depresión o cólicos nefríticos por haberlos hartado de pastillas de pequeños, ya será tarde para lamentarse. Y repito, yo me tomo las pastillas por containers. No soy la típica anti-medicinas ni mucho menos.

Y los dentistas, esa especie aparte... Ahora hay que llevar a los niños a que le miren la dentadura una vez cada 6 meses, pero es gratis!! Si!!! La Junta de Andalucía, en un alarde de generosidad, nos da un papelico por el que las revisiones dentales de nuestros hijos son gratuitas hasta los 18 años que es cuando de verdad necesitan ir al dentista (excepto los brackets que todos los niños parecen necesitar urgentemente con 5 años).
Así que aunque no les duela ná los llevas, para que te digan que se los tiene que lavar más. Como si eso fuera tan fácil...

A mi hijo, en 12 años le han hecho más pruebas médicas que a mi en 47. Y sólo porque no se tira 5 horas sentado con la cabeza pegada al libro.
Según esto, hace 40 años, cuando existía la EGB, nos las tenían que haber hecho a todos. Pero antes entendían que éramos NIÑOS, y que era normal que nos moviésemos un poco, o que estuviésemos gorditos, o flacos, o tiráramos piedras parriba en el patio, y no por eso nos metían en terapias de salud mental.

Por cierto, deberían separar con más cuidado los niños que de verdad tienen una patología mental, de los que simplemente tienen un comportamiento de niño.
Ir a una terapia de esas, lejos de beneficiar, te deja marcado...
Respeto los estudios respecto a esos casos, pero no confío mucho en que pasarse una hora a la semana tumbados en colchonetas con música de Chill Out arregle ningún problema de conducta. Sobre todo cuando después de comer hay que cruzar la ciudad, aparcar, subir, y luego volver a casa echando leches pa que haga los deberes. Más que relajarlos, los estresa. Y de rebote, a las madres-taxista.

Ahora da igual que seas noble, generoso y solidario. Eso no importa. Lo que de verdad importa es que estés en tu peso perfecto, los dientes radiantes, los ojos cristalinos, la piel tersa, que no hagas ruido y saques todo sobresaliente.
Ah! y que no le des problemas al profesor. Porque en cuanto le des la más mínima molestia, tienes un grave problema de salud, y al médico que vas, ¡de cabeza!

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5 comentarios:

  1. Ni tanto ni tan calvo. Ahora el problema con los niños es que están en una burbuja. Yo crecí jugando en parques con columpios de madera ( de esos que se te clavaban las astillas) y jugando en la arena. Ahora los parques son de plástico y los niños no se inmunizan. Lo del déficit de atención soy de la opinion de que no es un problema del niño, sino del sistema educativo. Es normal que un niño no pueda estar mas de 1h sentado atendiendo una clase. También los padres son más alarmistas ahora, miran internet y ya se piensan a saber que. Es bueno que detecten autismo a tiempo, pero que no confundan a niños introvertidos con autistas.

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  2. Pues se confunden, y a nerviosos con TDHA, etc, etc...No se hacen diagnósticos en condiciones en la mayoría de los casos...

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  3. Mi hermano era hiperactivo, vamos, que se escapaba de la cuna cuando no sabía andar y también tiene un retraso (podría considerarse un autismo, pero ahora todo es autismo porque se usa esa palabra para todo). A mi hermano por suerte no le dieron medicación, también eran otros tiempos (le recomedarón deporte para desfogar y cocacola, que la cafeían le hacía efecto de choque y lo calmaba). Siempre se ha diagnosticado mal, y el problema es querer que todos los niños sean iguales o a todos se les de bien lo mismo. Yo espero que se den cuanta algún día de que las esculas de ahora no sirven para todos, igual que la medicina general está pasando a ser personalizada.

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    1. El caso es meterlos en algún saco si no se someten a lo que dicta la mayoría....

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  4. Muy acertado el post... siempre he escuchado que antes los niños jugaban -jugábamos- en aquellos parques de arena, con columpios oxidiados. Y nos hacíamos heridas, comíamos tierra y nos salían chichones. Y que precisamente esa exposición a los microbios y a todas las sustancias de nuestro entorno hacían que poco a poco nuestro sistema inmunológico se fuera desarrollando, y por eso tenemos menos alergias que las generaciones presentes. Y supongo que todo forma parte de lo mismo, ¿no? De una sobreprotección que nos han metido en la cabeza a saber coómo y cuándo.

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