Recuerdo allá por 1996, que me dió porque quería tener internet, y mi hermano decía que eso para qué servía, que era una tontería, etc, etc.
La primera vez que tuve contacto con la red, fue en el Dr. Music Festival, en los Pirineos, donde además de mil escenarios rodeados de vacas, 25.000 tiendas de campaña y muchísima gente guapa, había (entre otras) una carpa de internet con ordenadores conectados. Cuando yo ví que leyendo un texto de The Doors, pinchabas en el nombre de Jim Morrison y te llevaba a otra página donde hablaba de él, con fotos y todo, flipé!!! Y yo quería tener eso en mi ordenador!!
En aquella época casi nadie sabía lo que era internet. Cuando lo comentaba con mis amigos y les decía que por medio de un chat podías hablar con gente de otras ciudades y de otros países, y que había información sobre absolutamente todo, ponían cara rara y me tomaban por loca. Por más loca. Hasta entonces el ordenador servía para poco más que hacer tablas de excell y diseños gráficos pobretones. Pero poco tiempo después, todo dios estaba chateando, y gracias a eso, adquirimos una soltura con las teclas que ninguna academia de mecanografía hubiese conseguido en tan poco tiempo.
Hasta ese momento, lo más parecido que había a un chat, era el party-line, una llamada telefónica a la que se iba uniendo gente desconocida y todos iban hablando a la vez. Claro está que no tuvo demasiado éxito...
20 años después, no hay maruja, agricultor, monja o abuela que no tenga internet en casa.
Esto ya es una invasión.
Tanto criticarlo, y absolutamente todos estamos metidos. Hasta quien alardeaba de no necesitarlo, ha acabado rendido a sus encantos (que conozco a unos cuantos).
Hoy en día no se concibe la vida sin internet. Lo usamos para absolutamente todo, por lo menos yo. Desde mirar el tiempo hasta hacer la compra del supermercado, pasando por buscar una pieza de la lavadora, comprar zapatos, entradas para conciertos o teatro, mirar las cuentas de los bancos, los recibos de luz o agua, comprar discos, ver las fotos de la boda de Paquirrín, reservar un hotel o vuelo, hacer la declaración de la renta, o pedir una pizza o incienso especial a una tienda de Candem en Londres.
Podrías vivir encerrado en un sótano toda la vida y tenerlo todo a tu alcance.
Y cada día me atrae más esa idea, visto cómo está el mundo...
Para mi, internet es el mejor invento después de la rueda, el avión y el chocolate, aunque mucho más peligroso si tienes una tarjeta de crédito cerca... Eso de que te gusten unas botas, y con sólo un clic las tengas en casa al día siguiente, debería estar prohibido!
Por cierto, para los reticentes a comprar por internet. Llevo 20 años haciéndolo, y jamás ha pasado nada. Los pagos son muy seguros y este tema no es algo de lo que ya haya que preocuparse. En un restaurante o una tienda corres más peligro al dar tu tarjeta, así que ánimo!
De aquellos chat horrorosos de hace 20 años, a los que había que acceder mediante un router malísimo que hacía un ruido espantoso y se desconectaba a cada minuto, hemos pasado a tener maravillosas aplicaciones llamadas "Redes Sociales" con conexión mediante fibra óptica.
Esto ya es otro nivel.
Bueno, por el camino quedó el Messenger, el abuelo del Whatsapp, aquello de los muñequitos verdes y azules con lo que todos empezamos a hablar con desconocidos.
Si, todos.
Ahora todo el mundo tiene Facebook, Twitter, Instagram, y muchas otras aplicaciones que sirven absolutamente para todo. De hecho, la plaga del siglo XXI es esta. Todo el mundo pegado al móvil todo el santo día, y el que diga que no, miente como un bellaco o bellaca. Y oye, si prefieres estar chateando con alguien por el móvil en vez de con tu parienta/e, quizá deberías pensar que es hora de cambiar de pariente/a. No le eches la culpa de tus males a internet.
Pero hoy vamos a centrarnos en la red social más importante: Facebook.
Facebook no es más (ni menos) que otra herramienta para comunicarnos entre nosotros y formar parte de la vida de los demás, y que los demás formen parte de la nuestra, claro.
¿Y por qué eso tiene que ser malo?
Es lo que se ha hecho toda la vida en los corrillos del instituto, en el desayuno del trabajo, en los portales de los edificios y en las puertas de las casas de pueblo.
¿Es mejor seguir anclado en el pasado y cuando quieras saber algo de alguien, escribir cartas postales para las que tienes que ir a comprar un sobre y un sello, escribirlas, echarlas a un buzón y esperar dos meses a que te llegue la respuesta? ¿O mandar "eseemeses"?. Desde luego más lento es.
No hay más remedio que, dentro de un orden, ir con la corriente, o sino, corres el riesgo de quedarte atrás, o solo, o las dos cosas. O simplemente, perderte la parte buena que tienen los adelantos, que también la tienen.
No tiene nada de malo estar en contacto diario con tus amigos, con tus conocidos, con tus ex compañeros de colegio, instituto, facultad o trabajo. Incluso con tus vecinos o familia. Nadie te pone una pistola en la cabeza para que aceptes a tu cuñao o a tu vecina si no te apetece. Parece que por el simple hecho de estar en Facebook, estás obligado a poner fotos de tu hijo o a contar todo lo que haces. Pues NO.
Facebook, como cualquier otra herramienta de comunicación, está ahí para que la uses como quieras. ¿O es que por tener teléfono estás obligado a llamar constantemente a todo el que conoces? No, ¿verdad? Pues igual pasa con Facebook. Por el hecho de estar en Facebook, no dejas de quedar con tus amigos o de hablar con los vecinos. Es más, gracias a él quedas más, ya que sigues en contacto con ellos, y sin FB haría años que no sabrías si están vivos o muertos.
Hay gente a la que no le gusta, porque su vida, su trabajo o sus gustos no tienen nada que ver con la tecnología, y su tiempo libre prefieren emplearlo en otras cosas. Perfecto. Y no me jodas, que internet no tiene la culpa de que la gente no lea libros o salga al campo. Al que le gusta leer, lee. Y al que le gusta salir al campo, sale. Excusas baratas.
Pero estamos otros, a los que nos encanta Facebook. Otros que nos pasamos el día delante del ordenador por trabajo o por diversión, y lo preferimos a estar viendo la tele o a leer en papel. Otros preferimos saber a tiempo real cómo está Carmen después de su operación, o cómo le ha ido a Carlos en su viaje, o qué le ha pasado hoy a Manuela o cuándo es el próximo concierto de Pepe. O leer un blog de naturaleza escrito por un alemán, o la biografía de tu músico favorito, o una web de nutrición escrita por una vasca. Antes estábamos limitados a leer lo que nos contaba el periódico o las revistas locales, y a relacionarnos exclusivamente con la gente de nuestro entorno. Ahora podemos enterarnos de las actividades que hay en nuestra ciudad y salir en vez de quedarnos en casa. Facebook es la nueva forma de tener vida social más allá de nuestras fronteras y de la plaza de tu pueblo.
Si, vida social. Y no me vengáis con el rollo de que "yo prefiero el cara a cara", porque sabéis perfectamente que no hay tiempo material en nuestro día a día para hablar con 40 amigos, saber de sus vidas y que te enseñen las 300 fotos que han hecho el fin de semana. Los puedes llamar por teléfono, si. Pero mientras estás al teléfono, no puedes hacer ninguna otra cosa, y las fotos no las puedes ver. El teléfono te absorbe al 100%. No puedes poner la lavadora, ni mandar un mail, ni poner el puchero, ni bañar a tu hijo, ni escuchar música.
En cambio por Facebook, puedes estar al tanto de todo a la vez que haces todas esas cosas. Para los hombres es una oportunidad de saber lo que es poder hacer varias cosas a la vez.
Gracias a FB, hemos reencontrado a amigos del pasado con los que nos apetece seguir teniendo contacto, y que los avatares de la vida y las mudanzas nos hicieron perder. Las compañeras del colegio, antiguos amigos del instituto, gente de trabajos anteriores...
¿Es malo volver a tener relación con gente que formó parte de tu vida en algún momento, y con quienes tienes ganas de seguir teniéndola? A ver si al final los detractores de FB vais a ser los más antisociales del mundo!, que es justo de lo que nos acusáis a sus seguidores...
También, el tener en FB a vecinas bien avenidas o amigos de reciente conocimiento, ayuda a que esa relación se haga más fuerte en lugar de quedarse en todo lo que da de sí el cruzarse por las escaleras o verse de higos a brevas en algún bar. Creo que lo que aporta FB, es bonito.
Y gracias a FB se echan muchos ratos de cañas, se organizan viajes, se forman nuevas amistades y hasta parejas!. Si, los que buscan pareja están por todos lados. Otra plaga. Pero para estos hay aplicaciones más adecuadas donde pueden exponer la mercancía que ofrecen a otr@s que buscan pareja a la carta.
Repito, nadie te obliga a aceptar a quien no quieras aceptar, ni a poner fotos que no quieras poner. Eres totalmente libre de hacer lo que te apetezca, cómo, cuándo y con quién te apetezca. ¿Que me caes bien? Te agrego a FB. ¿Que ya no me caes bien? Te borro de FB.
Ojalá en la vida fuera tan fácil como en FB, que pudieras meter o sacar gente de ella a tu antojo, sin más dramas ni explicaciones.
El secreto para disfrutar de FB está en aceptar sólo y exclusivamente a la gente con la que te apetecería estar de charleta tomando algo, por ejemplo. Gente que te conozca y a los que tu conozcas. Nada de aceptar a todas las madres del cole o a las de Pilates, por el simple hecho de sumar "amigos", cuando en realidad no los conoces de nada ni tienes interés en conocerlos. Si en FB tienes a gente cercana, puedes sentirte libre para publicar lo que te apetezca sin miedo a no saber quién lo verá y si entenderá lo que publicas.
Hay gente que principalmente se dedica a leer lo que publican los demás, y apenas ponen cosas, porque no son de esa clase de gente que cuenta sus intimidades. Y estamos otros que principalmente nos dedicamos a publicar lo que pensamos, hacemos o pensamos hacer. Porque nos da la real de la gana. ¿Pasa algo?
No entiendo tanta crítica al respecto. Que cada uno use FB como le salga del moño, que para eso está. Más criticable veo yo al que lee sin aportar que al que aporta sin parar. En fin. La vida misma.
También hay gente que se limita a subir una foto detrás de otra de perros o gatos, o selfies en diferentes posturas, o todas las tapas que se come, o todos los vestidos que se compra, o simplemente comparte todos los vídeos que ve. Pues muy bien. Me parece perfecto. Son libres de hacer y decir lo que les apetezca, exactamente igual que yo. Cada uno se manifiesta como le da la gana.
Que yo sepa, FB no tiene un PDF de instrucciones donde ponga lo que está o no permitido publicar, así que a los que criticáis todas estas cosas, que os den morcilla.
Y quizá FB debería expulsar a los que sólo miran, ya que no aportan nada.
¿Qué pasaría si los 1.500 millones de personas que estamos en FB, dejásemos de publicar y nos limitásemos a leer lo que ponen otros? Pues que desaparecería. No habría nada que leer ni ver. Sería un aburrimiento máximo. Así que menos criticar a los que publicamos mucho, que deberíais darnos las gracias por teneros entretenidos ;)
Y otro factor importante a destacar, es la cercanía que nos ofrece FB con nuestros ídolos, ya sean músicos, presentadores, actores, futbolistas, amas de casa que hacen pasteles o políticos. Jamás antes ha sido posible hacerle llegar a un inalcanzable famoso un pensamiento, agradecimiento o insulto (en el caso de los políticos). Los tenemos ahí, a la mano, y ellos a nosotros. Podemos ver a nuestro cantante o actor favorito en pijama un domingo por la mañana, lo mismo que puedes decirle lo que te ha gustado su disco o película y que te de las gracias.
Puedes hacer que una protesta ciudadana alcance dimensión de manifestación, o que un grupo de música desconocido llene una sala. Que dos amigos que se dedican a limpiar el monte altruistamente en sus ratos libres acaben siendo un batallón y saliendo en la tele por su hazaña. O que señoras tejedoras desconocidas se reúnan en el parque para tejer juntas y hacerle abrigos a los árboles. O que tu compañera del cole que se casó con un americano de América, pueda localizarte y seguir con la amistad.
¿No es maravilloso? Pues a mi me lo parece.
Nunca jamás en la historia de la humanidad hemos estado tan cerca los unos de los otros. Jamás ha habido tantísima comunicación entre los puntos del planeta y tanta facilidad para llegar a tantísima gente con un solo clic. Podemos saber lo que pasa en las antípodas al segundo de que pase. Ya no dependemos del telediario para estar informados y manipulados.
Ahora nos manipulamos a nuestro antojo.
Resumen del tocho: Facebook no tiene la culpa del fracaso de tu matrimonio, reconoce que estaba fracasado de antes. Ni de que ese amigo no te llame, quizá, simplemente, ya no le apetece estar contigo. Ni de que tus hijos se pasen la vida pegados al móvil, quizá no les sabes dar una alternativa de ocio.
La culpa de tus males, la tienes sólo TÚ.
Y si eres de las/los que sólo sube fotos de sí mismo en todas las poses y con todos los modelitos, ve a que te lo miren.
Que viva internet! Que viva Facebook!
Y a los que no os guste, lo tenéis tan fácil como no estar.
A mi, me encanta ;)
Como siempre, tienes toda la razón. ¡¡Viva FB!!
ResponderEliminar¡Muy bueno!
ResponderEliminar