miércoles, 4 de noviembre de 2015

Esas mujeres...

Esas mujeres sonrientes y bien parecidas.
Esas que nada más verlas, te enamoras de ellas.
Esas que, a simple vista, parecen buena gente.
Esas que, tras sus ojos azules, ocultan algo oscuro.

Esas mujeres con las que tuviste la mala suerte de toparte.
Esas mujeres que manipulan a los hombres. Y a las mujeres.
Esas que utilizan a los hijos para hacerte chantaje emocional.
Sean o no tuyos.
Esas mujeres que ni comen ni dejan comer.

Las que no superan su pasado y culpan a los demás por ello.
Esas que después de mucho tiempo, tienes claro que no son para tÍ.
Esas mujeres que quieren que estés con ellas cada minuto de las 24 horas.
Esas que no te permiten tener tu espacio.

Esas que te asfixian silenciosamente.
Esas con las que, las mil oportunidades que les has dado, han sido mil oportunidades perdidas.
Esas que, aun habiéndole dejado claro mil veces que NO puedes estar con ellas por su forma de ser, siguen empeñadas en hacerte sentir culpable por algo de lo que tu no eres responsable.


Esas que no pueden estar solas, y necesitan tener a alguien que las soporte constantemente, sin pararse a pensar que quizá ellas, no te dan lo que necesitas.
Esas mujeres egoístas que sólo piensan en sí mismas.
Esas que lloran para que no te vayas.
Las que cuando llegas, te dicen que es tarde.
Esas que te recriminan que no estás cuando no estás.
Las que quieren retenerte a toda costa.
Las que te quitan en vez de darte.

Esas mujeres, son las que nos dan la mala fama al resto.
Por eso luego dicen que "todas somos iguales", porque existen estas mujeres que intentan que hagas siempre lo que ellas quieren que hagas, las que se enfadan y lloran si no lo haces, y, con malas excusas, no terminan de salir nunca de tu vida.
Te castigan por no haber sido capaces de aguantarlas. Te castigan por no haber sido lo que ellas quisieran que hubieras sido. Por no tener sus mismos gustos. Por no tener sus mismos hobbies. Por no haber nacido para adorarlas.

Y mientras, te martillean por mensajitos cada semana. Y ellas sí que pueden tener otros novios, simplemente porque no saben estar solas, no saben vivir su vida, no saben que nadie está obligado a estar con nadie en contra de su voluntad. Pero aun teniendo a otro a su lado, con quien poder pasear y ser vista, y a quien poder asfixiar, siguen recordándote cada poco tiempo, que están ahí, para no dejarte vivir.

Y estas mujeres existen porque hay hombres que se lo permiten.
Hombres buenos que se creen a este tipo de mujeres.
Pocos, pero los hay.

Esos hombres con buen corazón que siempre están ahí cuando los necesitan.
Esos que no dudan en que sea verdad o no lo que les cuentan, y acuden siempre a su llamada.
Esos que tienen más paciencia que un santo.
Esos que pierden su tiempo cubriendo las falsas necesidades de estas mujeres, con cualquier excusa barata, que al final resulta ser sólo eso, una excusa para seguir manteniendo el contacto y tenerlos controlados.
Esos que pierden años de sus vidas sin pasar página, porque ellas no los dejan en paz.


Esos que son manipulados sin ser conscientes de ello.
Esos que son vilipendiados cuando a ellas se les tuerce el día.
Esos que después de todo esto, son capaces de volver a cogerles el teléfono.
Una y otra vez.

Siempre se habla del maltrato de los hombres hacia las mujeres. Poco se habla del maltrato de las mujeres hacia los hombres. Y este es uno de esos casos. En este caso de maltrato, no es necesaria la fuerza física. Basta con ser mala persona.

Ellos no se dan cuenta, pero estas mujeres, disfrazadas de víctimas, son capaces de absorberle el seso al primero que se acerque a ellas, de darles la vuelta a la famosa tortilla, de la que todos hemos comido alguna vez en nuestra vida amorosa. Esa puta tortilla que te hace sentirte el malo de la película, cuando en realidad, eres la víctima. ¡Y no lo ves!

Supongo que siendo mujer, es más fácil ver lo que hacen otras mujeres con los hombres.
Supongo que siendo hombre, no se ve la manipulación tan asquerosa a la que son sometidos.

Pensad que vosotros no habéis nacido para salvarle la vida a nadie, que no podéis arreglar los traumas que sus vidas anteriores les causaron, que no podéis ser los padres de unos hijos que ya tienen padre, y que no podéis dejar pasar vuestra propia vida, acudiendo a las llamadas de alguien que más que demostraros amor, os ha dejado claro que les importáis un pito, simplemente por no RESPETAR vuestra manera de ser.


¡Abrid ya los ojos y cerrad ese libro de una vez!
¡Que hay más libros que ollas!
O si lo preferís, seguid leyendo la misma página de ese libro que no os aporta nada, una y otra vez, sabiendo perfectamente lo que dice, pero negándoos que os merecéis algo mucho mejor. Y que mientras vuestra atención sea para la persona equivocada, la acertada puede que pase de largo...

Y ya no nos queda mucho tiempo, no nos queda mucha vida que vivir, como para estar perdiendo los días con algo que sabes que no es lo que quieres...

(Para tod@s l@s que mantienen en sus vidas a quien no les hace felices).

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Y sí, aquí tenéis un post sobre los hombres también...

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1 comentario:

  1. Gracias por ser mujer y escribir así de las mujeres. A las cosas hay que llamarlas por su nombre, y hay mujeres malas igual que hombres malos, pero no están tan castigadas por la opinión pública. Somos muchos los que sufrimos o hemos sufrido a esta clase de víboras. Gracias de nuevo.

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