Qué día más largo por dios.
Desde las 10 de la mañana con el aire acondicionado, encerrados en casa, dando bandazos del sofá al baño, del baño al frigorífico, y vuelta al sofá.
He hecho ese recorrido unas 30 veces en 12 horas. Con el consiguiente gasto calórico y la correspondiente ingesta de chocolate en cada viaje de vuelta al sofá. Es que ya que me levanto... Y sin casi fumar por no salir fuera.
Las veces que he abierto la puerta de la terraza por si acaso, me he llevado una hostia densa de humedad caliente que me ha echao patrás inmediatamente. Puajj. ¡Parece que han puesto la calefacción en la calle!
Y vuelta al sofá.
Tengo mil cosas pendientes de hacer y cosas que arreglar en casa, pero ganas, ningunas.
Y esto, es eso que tantísimo le gusta a la gente. El puto veranito.
Desde mi ventana se ve una serpiente de luces a lo lejos, que son miles de personas a las 23:52h. del domingo metidas en coches, quemadas, cansadas, llenas de arena, hartas de niños y de tó, y deseando llegar a casa, poner la lavadora, bañar a los niños, hacer la cena, fregar los platos, ducharte, tender la lavadora y acostarte que mañana madrugas. Y con 100€ menos. Vienen de pasárselo de puta madre en la playita.
Pues qué bien, oye.
Lo bien que se lo pasa la gente.
Menos mal que mañana es lunes.
Ya queda menos veranito. Gracias a dios.
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